
Todo comenzó un sábado por la mañana, inicie sintiéndome muy mareada (pensé para mi misma, esto es muy divertido), era como haberse subido a la rueda de la fortuna y no haber bajado nunca, esa sensación de mareo no desaparecía, al paso de las horas se terminó la diversión y mi desesperación aumentaba, no sabía que era lo que tenía o me sucedía, era algo poco convencional, terminé en el hospital con graves síntomas, mis ojos daban vueltas y el vómito no se hizo esperar, el diagnóstico síndrome de Meniére.
LEER MÁS